Eso sí, te aseguramos que vale la pena…
Elegimos el nombre Granada por sus diversos sentidos.
En la mitología, Perséfone come sus semillas y transforma su vida y al mundo para siempre. Nacen los ciclos, las estaciones dando lugar al constante fluir, la independencia, el poder.
La fruta de Granada posee un sinfín de semillas, tal como son los recursos que van adquiriendo las personas que vivencian nuestros caminos.
La granada es una bomba que detona. Después de la explosión nada vuelve a ser igual.
Así le ocurre al Ser con nuestros procesos. Un camino que no tiene límites para crecer.
Representa a las personas que están dispuestas a desarmarse y volver a armarse siendo conscientes de sus recursos internos y a utilizar nuevos que van descubriendo.
Granada pone todo en cuestionamiento, por ende, tenés que saber que muchas cosas pueden detonar en tu vida, en tu forma de estar en las cosas y en las situaciones.
Un proceso puede ser bélico porque uno se enoja, inclusive con uno mismo cuando afloran ciertas cosas que no nos gustan o nos molestan, pero son en esos momentos en los que salen a la luz también la fortaleza, la confianza, la constancia y el amor que hay dentro de cada uno.
Granada te posibilita formas de transformarte.